Por tratarse de un destino relativamente cercano, Marsella era una ciudad en la que no pensábamos como viaje si no más bien como escapada desde Barcelona.
Durante un crucero realizado en junio del 2014 Marsella resultó ser la primera parada y una buena excusa para realizar una visita a esta encantadora ciudad, tan unida a la historia de Cataluña.
Esta vez a
los Janonautas nos acompañaron los padres de
Trini en la que iba a ser su primera experiencia crucerista y su primera visita a algunas de las ciudades del recorrido del crucero.
Como es habitual en
los Janonautas nos levantamos pronto. El barco ya estaba atracado en el puerto nuevo de
Marsella, el más importante del Mediterráneo y el tercero de Europa. Tras desayunar y prepararnos salimos del barco dispuestos a visitar la ciudad.
Cómo llegar desde el puerto nuevo a
la ciudad:
El puerto nuevo está a varios
kilómetros de la ciudad por lo que hay que estudiar las distintas alternativas
que se ofrecen para llegar al centro de Marsella.
Las compañías de cruceros ponen a disposición de los cruceristas unos autocares
lanzadera (shuttle) para ir y volver tantas veces como se quiera.
Iberocruceros ofrecía este servicio por 9 euros por persona y esta fue la
opción que nosotros cogimos. También se puede ir andando, siguiendo las
indicaciones, hasta la parada del autobús urbano número 35, que se encuentra
fuera del puerto y que está a unos 2 kilómetros de la zona de desembarque. El
precio del billete es de 1,5 euros. El problema pueden ser las colas y los
tiempos de espera ya que muchos viajeros optan por este sistema de transporte.
Hay además una parada de taxis junto a los barcos atracados.
Tras veinte minutos de trayecto, el
shuttle nos dejó en el pequeño y encantador
Vieux-Port. El puerto viejo, en la cala de
Lacydon, fue fundado por los griegos y fue el embrión de la ciudad que surgió a su alrededor. Está muy bien cuidado y tiene numerosos barcos de recreo amarrados. Desde aquí pueden contratarse excursiones para visitar las islas cercanas e incluso para el avistamiento de delfines. La
Basílica de Notre Dame de la Garde protege la bahía desde lo alto de una colina.
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Le Vieux-Port y la Basílica de Notre Dame de la Garde |
De la zona del puerto parte el tren turístico,
le Petit Train de Marseille. Este trenecito, que funciona durante todo el año, propone distintos circuitos por la ciudad y es un buen sistema para moverse por
Marsella disfrutando tranquilamente del paisaje.
Los Janonautas escogimos el recorrido número 1, que finalizaba en la
Basílica de
Notre Dame de la Garde. La tarifa era de 8 euros por persona.
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Tren turístico |
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En el tren a punto para iniciar el recorrido |
El buen tiempo de finales de junio hacía que el paseo fuese muy agradable. El primer edificio que nos encontramos fue el
Fuerte de Saint Jean: una construcción del siglo XII que delimita la entrada de
le Vieux-Port y que servía como defensa de la ciudad.
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Fuerte de Saint Jean y el antiguo faro |
El recorrido panorámico del tren continúa al pasar junto a la
Abadía de Saint Victor, del siglo XV, y construida junto a las tumbas de los mártires de
Marsella. El monasterio desapareció tras la Revolución Francesa pero la iglesia se sigue utilizando para el culto.
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Abadía de Saint Victor |
Vamos circulando por la
Corniche, el paseo que transcurre paralelo al mar, y pasamos junto al
Palais du Pharo. Este Palacio fue construido por orden de Napoleón III para sus estancias en
Marsella pero nunca lo utilizó. Tras su muerte, su esposa, Eugenia de Montijo, lo donó a la ciudad y hoy es un centro de congresos y convenciones.
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Palais du Pharo |
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Pasamos junto a la Playa de los Catalanes |
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Monumento en homenaje a los repatriados del norte de África |
El tren paró un instante para que pudiéramos admirar el
Archipiélago de Frioul. Está formado por tres islas, entre las que se encuentra la famosa
Isla de If, donde Alejandro Dumas situó la prisión de Edmond Dantès, el Conde de Montecristo.
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Archipiélago de Frioul |
La
Isla de If se encuentra en el centro de la
bahía de Marsella. Su fortaleza, construida en el año 1527 en principio como monumento defensivo, acabó siendo una prisión.
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Castillo de la Isla de If |
Como hemos comentado anteriormente, el recorrido del tren turístico finalizaba en la
Basílica de Notre Dame de la Garde. Esta Iglesia es conocida popularmente como
"La Bonne Mère" (
la Buena Madre) ya que vela por los marineros y los marselleses en general.
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Basílica de Notre Dame de la Gare |
Nos bajamos del tren turístico que nos ha proporcionado un agradable paseo y nos dispusimos a visitar la basílica.
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Patri y Clàudia bajando del tren turístico |
El edificio, de estilo neo-bizantino, construido en mármol a mediados del siglo XIX, es uno de los símbolos de la ciudad. Está situado a una altura de 132 metros sobre el nivel del mar en la colina de la Garde. Su torre está coronada con una figura de bronce de la Virgen María de 11 metros de altura y recubierta en su totalidad de pan de oro.
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Figura que corona la basílica |
El interior está ricamente decorado con bóvedas doradas.
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Interior de la Basílica de Notre Dame de la Garde |
En uno de los laterales de la basílica se pueden contemplar los impactos de los proyectiles fruto de la batalla para liberar
Marsella de la ocupación alemana en agosto de 1944. Hay una placa que conmemora dicha liberación.
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Restos de proyectiles en el lateral de la basílica |
La altura de la colina nos ofrecía unas vistas espectaculares de las que pudimos disfrutar
los Janonautas y nuestros acompañantes.
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Vista del puerto nuevo, le Vieux-Port, la catedral y los fuertes de San Nicolás y San Juan |
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Vista del Archipiélago de Frioul |
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Trini y Clàudia con la Isla de If detrás |
Tomamos nuevamente el tren turístico para volver a
le Vieux-Port pasando esta vez por el centro de la ciudad de
Marsella. Junto al puerto viejo se encuentra el pintoresco barrio de
Le Panier y nos disponemos a recorrerlo con detalle.
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Detalle de una tienda en el barrio de Le Panier |
Le Panier es el barrio más antiguo de
Marsella. En la época de colonización de los griegos en esta zona estaba situado el centro neurálgico de la ciudad. Como curiosidad comentaremos que en este barrio vivió Napoleón con su madre y sus hermanas.
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Barrio de Le Panier |
El barrio es un laberinto de callejuelas, callejones y pequeñas plazas. Toda la zona ha sido rehabilitada en los últimos años y actualmente es el barrio de moda. En sus calles proliferan los pequeños talleres artesanos y las galerías de arte.
La pequeña iglesia del barrio, dedicada a
Notre-Dame des Accoules, fue construida en el siglo XI. Después de la Revolución Francesa fue reconstruida ya que había sido parcialmente arrasada.
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Campanario de Notre-Dame des Accoules |
La
Place de Lenche es la más importante y popular del barrio. Está ubicada sobre la antigua ágora griega desde donde los ciudadanos observaban las actividades del puerto. En origen era una plaza cerrada por los cuatro lados. En el siglo V se abrió uno de ellos para la construcción de un convento. Parte de la plaza y los edificios fueron destruidos durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial y reconstruida en los años cincuenta. Actualmente los bajos de sus edificios son restaurantes con terrazas.
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Place de Lenche |
En la apacible
Place des Moulins todavía se conservan tres molinos de moler harina del siglo XVIII. No se pueden visitar ya que se han reconvertido en viviendas. La plaza es de estilo provenzal.
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Place des Moulins |
El monumento más importante e impresionante del barrio de
Le Panier es, sin duda, la
Vieille Charité.
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Vieille Charité |
Se trata de un antiguo hospicio construido en el siglo XVII y de estilo barroco. Consta de tres galerías porticadas de tres plantas que rodean un patio central. En el espacio central hay una capilla de forma redonda y coronada por una cúpula.
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Detalle de las galerías porticadas |
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Pórtico de la capilla, de estilo clásico con columnas corintias |
Actualmente es la sede del Museo de Arqueología del Mediterráneo, funciona como centro cultural y alberga también un restaurante.
Dejamos el barrio de
Le Panier, que nos ha gustado mucho, por la
rue des Repenties que nos lleva hasta la
Catedral La Major.
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Cathédrale La Major |
La catedral de
Marsella se construyó en 1852 sobre las ruinas de una iglesia medieval del siglo V, llamada "La Vieja Major". Es de estilo románico-bizantino, con mármol y pórfido como materiales más importantes y es la única de este estilo en territorio francés. Está situada a las afueras de la ciudad entre los dos puertos.
Su construcción coincidió con una época de crecimiento económico en la que, además de la
Catedral, se contruyeron otros edificios importantes en la ciudad.
El pórtico está flanqueado por dos torres acabadas en cúpula y la alternancia de varios materiales hacen muy vistoso su exterior. No pudimos entrar a visitarla ya que estaba cerrada.
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Pórtico de la Catedral |
Sobre las 13 horas nos fuimos hacia el punto de encuentro del shuttle y nos volvimos a comer al barco. Tras el paréntesis para la comida regresamos a le Vieux-Port.
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Le Vieux-Port |
Íbamos con la intención de pasear rodeando Le Vieux-Port y admirando todos los edificios que a él se asoman.
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Le Quai du Port rodea le Vieux-Port a modo de paseo |
El primer edificio que nos encontramos en el lado izquierdo del puerto viejo es el Hôtel de Ville (Ayuntamiento). Hasta el siglo XIII era el llamado Pabellón Puget, donde se reunían los comerciantes y cónsules para realizar las gestiones comerciales. El edificio estaba estratégicamente situado en medio de
le Vieux-Port. Es una hermosa construcción de estilo barroco provenzal y fue una de los pocas que sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y a la ocupación alemana.
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Hôtel de Ville |
A través de un arco, este edificio se une al Pabellón Bargemon que da a una bonita plaza y forma parte también del Ayuntamiento de Marsella.
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Pabellón Bargemon que forma parte también del Hôtel de la Ville |
Junto al
Ayuntamiento, pero en la parte interior, se encuentra la
Maison Diamantée. Era el palacio de una rica familia marsellesa. Construida en el siglo XVI, en estilo manierista provenzal, destacan en la fachada las piedras talladas en forma de diamantes. Durante la Revolución Francesa fue parcelada y actualmente alberga un museo.
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Maison Diamantée |
Seguimos paseando por el puerto que nos ofrece unas vistas muy bonitas.
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Barcos amarrados en le Vieux-Port |
Nos llamó la atención la hermosa fachada blanca de la
Iglesia de Saint Ferreol o de los Agustinos, como también se la conoce. Se encuentra en el mismo lugar en el que en el siglo XII había una pequeña capilla de los templarios. Aunque la iglesia es de estilo gótico su fachada tuvo que ser remodelada tras la Revolución Francesa y se realizó en estilo neo-barroco.
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Iglesia de Saint Ferreol |
Los dos lados de
le Vieux-Port confluyen en la
Quai des Belges, una animada plaza en la que suele haber puestos de venta de pescado fresco de la captura del día.
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Quai des Belges |
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Con motivo de la remodelación realizada en el puerto, en el año 2013 se instaló una estructura de acero inoxidable obra del famoso arquitecto Norman Foster llamada
Miroir Ombrière.
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Mirior Ombrière |
Esta estructura de 1080 m2 realiza un efecto espejo gigante muy divertido.
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Clàudia y Trini bajo el Miroir Ombrière |
En el lado derecho de
le Vieux-Port es donde se concentra la mayor oferta gastronómica de la ciudad con restaurantes de todo tipo y presupuesto. La mayoría cuentan con terraza para comer al aire libre los días de buen tiempo.
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Detalle de la Place Thiars con las terrazas de los restaurantes |
Una vez finalizado nuestro recorrido por
le Vieux-Port nos dirigimos a
La Canebière, la arteria comercial de la ciudad, en la que encontramos también edificios interesantes.
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La Canebière |
En esta calle nos encontramos con el impresionante
Palais de la Bourse, que es la sede de la Cámara de Comercio local. Construido en 1852, durante la época de crecimiento económico más importante que ha tenido la ciudad, fue inagurada por Napoleón III. La decoración exterior está totalmente dedicada a la gloriosa historia del comercio marsellés. Actualmente también acoge el Museo de la Marina y una biblioteca.
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Palais de la Bourse |
Seguimos paseando por la gran arteria de
Marsella contemplando los magníficos edificios construidos durante la segunda mitad del siglo XVIII.
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Detalle de un edificio en La Canebière |
A través de la
Rue de Rome nos acercamos a ver la bella
Prefectura de Marsella.
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Edificio de la Prefectura de Marsella |
Volvemos paseando hasta
le Vieux-Port para tomar el
shuttle que nos devuelva al barco y damos por terminada nuestra visita a
Marsella.
La ciudad nos ha gustado mucho.
Los Janonautas no nos esperábamos una ciudad tan cuidada y bella como la que nos hemos encontrado. Recomendamos mucho su visita.
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Clàudia y Àlex en le Vieux-Port antes del volver al barco |
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